Feroz y frío. El viento me atropellaba la cara como si quisiera explotarme los pulmones. Los tímpanos me reventaron al segundo 6 y para el segundo 12 la boca me sabía a sangre. Todo pasó en cámara lenta y, aun así, fue el momento más breve de mi vida.
Lloré. Lloré demasiado.
En el piso 33, un bebé lloraba, y en el 28 y el 19, varias mujeres gritaban despavoridas. En el 12, alcancé a ver cómo alguien estiraba la mano como si quisiera alcanzarme; obviamente, fue en vano.
Quizás debí estirar la mano yo también.
Quizás no era para tanto. Quizás no debí forzar la puerta de la terraza. Quizás no debí saltar al vacío. Quizás debí pensar todo esto antes de estrellarme contra el suelo, pero ahora estaba ahí: a tres centímetros de un concreto feroz y frío.
Fantasmas, fierros, formas, fundas, forros, fases, forjas, frío, filo, fin.
Felicidad, ese animal abstracto del que se alimentan la ignorancia y los idiotas.
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27 DAYS OF COPY | LUIS PORRAS | 2025
Microrrelatos y otros demonios 
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